jueves, 8 de octubre de 2009





GUERRA DE BAJA INTENSIDAD. APOYO Y FOMENTO DESDE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN

Los Medios Masivos de Comunicación han jugado un papel preponderante en la toma de decisiones de nuestro país; de manera general a través de su transmisión o emisión de mensajes tienen el poder de persuasión en su audiencia, lo cual no siempre es positivo para los individuos; en las siguientes páginas analizaremos la causa.
En los años 90´s, nuestro país tuvo grandes problemas, principalmente de índole política, económica y social; derivado de la pésima administración priista durante décadas de servirse del poder a manos llenas. El contexto marcaba las pautas que se desarrollarían con el paso del tiempo; una sociedad bastante golpeada, sin acceso real a la educación de calidad, sin un empleo seguro y digno, es decir, con la nula participación gubernamental por resolver los problemas apremiantes de una sociedad que pide a gritos atención. Si bien es cierto que dichas problemáticas no son recientes, también es válido mencionar que se acentuaron a grandes pasos.
En 1997 se convierte en Jefe de Gobierno del Distrito Federal Cuauhtémoc Cárdenas, partidario del Partido de la Revolución Democrática, después de que haya sufrido el acoso del gobierno de Carlos Salinas y que para estas fechas, deja al descubierto la crisis del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que comienza a perder adeptos; aunque curiosamente, las zonas marginadas son las que mantienen su apoyo incondicional. El PAN también comienza a ganar mayor aceptación entre la población al obtener ciertas diputaciones federales.
Por vez primera el 1º de Septiembre de 1997, el presidente en turno Ernesto Zedillo Ponce de León se enfrenta a una cámara legislativa con fundamento crítico basado también en el reclamo social, como lo hizo Porfirio Muñóz Ledo al dirigirse ante el mandatario y opinar lo siguiente:

Lo más urgente es el restablecimiento de la paz y la concordia entre los mexicanos y el restablecimiento del estado de Derecho dondequiera que nos haya rebasado la violencia. El fin de esta guerra silenciosa alimentada por la impunidad, la corrupción, la abismal desigualdad y la inadmisible miseria.[1]

No obstante, el mandatario lucha por la defensa del modelo económico, mismo que la ciudadanía había rechazado meses atrás. En los 90´s más de 20 millones de mexicanos están sumergidos en la pobreza extrema mientras el gobierno lucha por beneficiar a empresas e instituciones que están en condiciones inadecuadas; por lo tanto, el ciudadano mexicano más pobre lucha por sobrevivir con tan solo tres pesos diarios.
A pesar de todo, los medios masivos de comunicación, de los cuales principalmente se encuentran Televisa y TV Azteca ocultan y mantienen el apoyo constante hacia el gobierno. No obstante existe un problema aún más radical que cuenta con sus primeras raíces en el gobierno salinista (caracterizado por ejercer presión sobre periodistas y medios de comunicación “incómodos”). Desde su primer día de gobierno, Salinas utiliza a las fuerzas militares en tareas distintas a las asignadas por ley, esto se fundamenta en su ilegítimo cargo con un proceso electoral turbio que lo favorece, aunado a la crisis social y política que existía desde hace décadas y obviamente al generalizado descontento social. Los medios masivos de comunicación nuevamente se encargaron de transmitir el desfile militar que muestra a dichas fuerzas como poderosas y con amplio desarrollo, un mensaje explícito para cualquier persona inconforme. El mayor conflicto surge en el Estado de Michoacán al utilizar a los militares para frenar movimientos sociales.
En 1990 crea la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) como organismo dependiente del ejecutivo, cuya finalidad es precisamente vigilar su acción y no permitir abusos de cualquier índole.
La crisis económica que enmarca el gobierno de Zedillo trae consigo innumerables manifestaciones sociales, pues en la Ciudad de México se realizan hasta 7 manifestaciones al día en aquel entonces.la principal demanda social radica en la cartera vencida, problemas de vivienda, justicia, educación y tenencia de la tierra. El riesgo de más estallamientos sociales está latente. Así mismo esta crisis deriva en el aumento de la delincuencia y se habla del combate al narcotráfico.
Desde diciembre de 1995, la ley permite la salida del ejército de sus cuarteles para participar en puestos civiles. Es decir que utilizan soldados como policías y se confunden las acciones que deben realizar las fuerzas policiacas (en cuestiones netamente de seguridad social) y las fuerzas armadas (que intervienen cuando está en riesgo la seguridad nacional).
Los medios de comunicación realizan una novedosa tarea social, exaltan la violencia cotidiana y atemorizan a través de las noticias o de la creación de programas con alto contenido de violencia, por ejemplo: Cuidad Desnuda, transmitida por TV Azteca, entre otros. La psicosis de la violencia y los extremos del caos aumentando en la sociedad, lo que se denomina “justicia por la propia mano” con episodios de linchamientos hacia los delincuentes, secuestradores y violadores ante la ineficacia de las instituciones policiacas.
La agobiante delincuencia cotidiana, la operación aún más visible del narcotráfico y la imagen de ineficiencia y corrupción de una policía mal pagada y mal preparada por décadas son utilizadas como justificación para el empleo del ejército en las funciones de la policía.
Para 1997, los puestos estratégicos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México son utilizados por 21 militares y tan solo dos civiles; de esta forma se comienza a militarizar la región de Iztapalapa al integrar a 25000 militares como policías. El ciudadano común es tratado como presunto delincuente y con estas acciones simplemente se violan las garantías y los Derechos Humanos; al respecto opina Teresa Jardi:
…Yo creo que es muy claro que desde el poder se ha decidido el generar esa delincuencia, el protegerla, el fomentarla porque se necesita generar terror en amplios sectores de la sociedad que de manera poco analítica demandan orden y entonces esto justifica leyes como la ley que coordina las bases de la seguridad pública, justifica el que el ejército pueda intervenir en la vida de los civiles, justifica el marco jurídico que ha destruido el marco que teníamos, inclusive esto “justifica” porque nada de eso es legítimo.
[2]

Los resultados de acción de los militares no concuerdan con lo prometido, al contrario, se comenten demasiadas injusticias en materia de derechos humanos e inclusive la delincuencia se incrementa; obviamente los medios de comunicación continúan con el apoyo a esta toma de decisiones gubernamental permitiendo y fomentando la violencia extrema generada desde los sectores del poder.
Mandos policiacos estatales de la policía judicial son reemplazados por militares; para Agosto de 1997 se encontraban en Chihuahua 100 efectivos, en Tamaulipas 222, Sonora contaba con 160, Baja California con 96; en Baja California Sur, Coahuila, Quintana Roo y Campeche es evidente la presencia militar; mientras que en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas e Hidalgo cuentan con una fuerte presencia de tropas.
También existe otra forma de intimidar a la ciudadanía, soldados vestidos de civil son empleados en las labores de información e inteligencia, mejor conocidos como: “el vigilante anónimo”. Al respecto comenta Héctor Morales, Investigador de la Universidad Iberoamericana:

Esta es una de las primeras consecuencias, infundir el temor generalizado a partir de un discurso que garantiza la seguridad pública. Por otra parte, el temor desmoviliza, paraliza; puedes desmovilizar cualquier iniciativa para plantear demandas en una sociedad desigual que exige la demanda…exige que la sociedad plantee sus necesidades dado que la pobreza es cada vez más visible, la exclusión, en la participación es cada vez más visible…la estrategia de la militarización pensada como una estrategia de vigilancia lo que permite es desmovilizar la organización social…en tercer lugar otro de los efectos correlativos o correspondientes a esta estrategia de vigilancia es paralizar el actuar de la sociedad ya organizada como un posible vehículo de la demanda social, se sienta de tal manera vigilada que entonces experimente claramente el límite de la racionalidad planteada desde esa manera de pensar el orden…orden como inmovilidad – aguas tranquilas y no como conflicto solucionado- como posibilidad de debate para lograr acuerdos.
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El combate a la delincuencia no es tan efectivo como la represión a grupos civiles organizados. Paralelamente a la creciente presencia pública del ejército, la violación a los derechos humanos y el hostigamiento a diversos activistas sociales presenta un gran incremento.
La relación de distintos hechos aparentemente casuales no lo son, pareciera que diversos acontecimientos se gestan en orden aleatoria en el país pero no es así; esto obedece a una doctrina y a una estrategia ensayadas en otros países de América Latina que tienen por objetivo desactivar la creciente inconformidad y organización de la sociedad, así como desarticular a las agrupaciones ya existentes que son “incómodas” para el gobierno.

1. El primer paso consiste en acostumbrar a la sociedad a la presencia y operación militares bajo pretexto del combate a la delincuencia y restablecimiento de la seguridad. Es importante el impulso de una corriente de opinión que pida la mano dura y medidas como la pena de muerte.
Desde los Medios Masivos de Comunicación, la campaña del miedo y la inducción de conductas: ¡Quédese en casa!, ¡Sea razonable! o ¡No se meta en problemas! Y crear en el ciudadano la psicosis de que es vigilado.
2. Ubicar y acosar a núcleos organizados, aislarlos e interrumpir sus procesos de crecimiento y coordinación con otros agrupamientos.
3. Desordenamiento de grupos sociales en etapa de desarrollo de su propia organización. El caos. Así se impone el control de un cuerpo disciplinado, vertical y adiestrado para reprimir: el ejército.
A este proceso se le conoce como Guerra de Baja Intensidad. Opina al respecto Carlos Fazio:
…el proceso de militarización de México no sólo se da con la llegada del general Salgado al Distrito Federal sino con la presencia de soldados y oficiales en todas las zonas marginales de México.la montaña de Guerrero, en Chiapas, en Oaxaca. Ahora, el perfil de estos militares es para esta etapa de la Guerra de Baja intensidad lo que domina la inteligencia, entonces es gente perfeccionada en cursos de inteligencia, en escuelas de Estados Unidos, como René Castillo en Chiapas, el propio Salgado, que fue el segundo hombre de adiestramiento militar …él no sólo pasó por la escuela superior de guerra y por la escuela militar siendo jefe en todas estas instancias sino que también tuvo una agregaduría militar en Israel donde aprendió la contrainsurgencia que ahora se está aplicando en zonas como Iztapalapa por ejemplo, por decir…estamos enfrentados a una fase de inteligencia para una siguiente fase que va a ser con la recolección de todos estos datos del periodo la represión generalizada o administrada según ellos vean.
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Dentro de la doctrina de la denominada “Guerra de baja intensidad” tiene como ejes centrales el contemplar el problema en conjunto, de manera global. Es decir, ellos consideran los aspectos políticos, económicos, como también aspectos psicológicos, los militares, etcétera. Si el foco del conflicto pudiera estar ubicado en un lugar determinado eso no quiere decir que se descuiden todos los demás aspectos que atañen a la situación política de nuestro país.
Los métodos de los que se sirven el gobierno y que ejecutan los militares es devastador y no pertenece a un asunto nuevo.
Carlos Fazio opina lo siguiente:

Esta guerra oculta que se viene desarrollando desde 1994 está para pasar a una nueva fase, se está armando también ese ejército y el gobierno para una guerra posiblemente en las ciudades. Creo que han detectado la posibilidad no sólo de estallidos sociales sino también de la entrada en operación de guerrillas urbanas; pero sobre todo, su guerra es contra todo el pueblo; es una guerra de un puñadito, de los dueños del país, de los banqueros, de los ex concesionarios de las carreteras contra quién, contra la mayoría de la población, ahora, en el fondo, este ejército que va a pelear contra el pueblo se dice que defiende la soberanía, se dice que es un ejército popular, yo me preguntaría ¿Cuál es la idea de patria de éste ejército, dado que con las privatizaciones, los recursos estratégicos del país han pasado a manos privadas, entonces Cervantes qué patria defiende, la de los cabo Salinas, Carlos Hank, la de un banquero prominente? Esa es la pregunta.
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Mientras sectores sociales cada vez más amplios son acosados por los cuerpos de seguridad las finanzas del gobierno se ponen al servicio de la militarización. Una importante partida del presupuesto federal se invierte en equipo bélico. Es decir, existe una lucha de la gente común, de grandes y pequeños grupos contra el gobierno, una guerra oculta, disfrazada de mayor seguridad y protección para los ciudadanos y que refleja todo lo contrario.
Hoy en día, con el telón de fondo de la denominada guerra contra el narcotráfico que ha emprendido el gobierno de Felipe Calderón, se recrudecen las expresiones de violencia en distintas localidades de la frontera norte del país y en otras entidades federativas.
La solución no se encuentra en la militarización de un país, ni en la casi nula ética de los medios de comunicación al difundir el miedo y terror generalizado que existe hoy en día; como se ha analizado en este ensayo, la problemática social existe desde hace muchos gobiernos en turno que pretenden poner un fin a los problemas de manera temporal y no visualizarse a niveles más altos y complejos para solucionar problemas y diferencias.
Cuando una nación se encuentra en grave crisis económica, política o social es altamente lógico que los problemas se desarrollen desde muchas aristas, es lógico que la gente exija su derecho a poder trabajar, a tener acceso a programas de salud, de educación, etcétera.
La guerra contra el narcotráfico tiene importancia por supuesto, sin embargo no por eso el gobierno debe intentar justificarse por sus malas acciones; no se trata de combatir la delincuencia que han dejado crecer al no poder establecer una política económica acorde a las necesidades de los mexicano; tampoco es justo cometer irregularidades e imprudencias con el ciudadano común.
Es preciso que como sociedad democrática se consulte en relación al rumbo que deberá tener nuestro país en los próximos años, no se puede combatir al narcotráfico cuando se fomenta la confrontación entre cárteles, tampoco cuando la policía realmente está militarizada, mucho menos sin antes analizar los fundamentos primordiales, es decir, si el gobierno genera empleos, invierte en la educación, fomenta la cultura, la legalidad y la justicia.
A pesar de que han pasado loa años nos damos cuenta cómo realmente se cometen los mismos errores, se utiliza al ejército para aplacar movimientos sociales como el de San Salvador Atenco; es posible notar como el gobierno federal y estatal cometen atrocidades, y peor aún, cómo es que los medios de comunicación se prestan para esa campaña olvidándose de sus principios fundamentales.
Como hemos visto, la cuestión principal radica en los Medios Masivos de Comunicación pues son un instrumento eficaz en la persuasión de la que se vale el gobierno mexicano y sus instituciones. Es necesario que dichos medios retomen conciencia para hacer válido su apego a la sociedad.
Quizá esto suene con características utópicas en nuestra sociedad tan alineada y es una cuestión más compleja de lo que parece. A nivel internacional existen problemas quizá similares pero cada acontecimiento tiene sus características propias que merecen soluciones diversas dependiendo el contexto en el cual se gestan.
En nuestro país es vital arrancar prácticas arcaicas, en necesario afrontar una realidad evidente que no se ha combatido durante décadas porque la sociedad se encuentra en un nivel bastante alejado de su contexto.
Como se redacta en el periódico La Jornada:

No puede pasarse por alto, en cambio, que la crisis de seguridad que se vive en esa región (norte del país) difícilmente se podrá contrarrestar con medidas exclusivamente policiales o con el despliegue de efectivos militares, pues tal deterioro es saldo de una profunda descomposición del entramado social a lo largo de toda la franja fronteriza, entre cuyas causas destacan el desempleo, la pobreza, el abandono del campo, la migración económica, la desigualdad y la indiferencia e incapacidad del Estado mexicano para hacer frente y resolver estos problemas. Estos elementos, en conjunto, han hecho de la frontera norte un caldo de cultivo idóneo para el despegue y el desarrollo de expresiones delictivas como el narcotráfico, actividad extraordinariamente rentable que, hasta donde puede verse, ha ampliado su influencia más allá del traslado de estupefacientes ilícitos.

Ciertamente el combate contra el narcotráfico va más allá de lo que pudiera imaginarse; son tantas aristas las que conforman nuestra actual coyuntura y la base real de la problemática radica en un gobierno caracterizado por su servilismo ante empresas privadas, por su desinterés por combatir las problemáticas sociales apremiantes, y por no saber administrarse en tiempo y forma; lo mismo se utilice una bandera tricolor o una blanquiazul, lo cierto es que las cosas no han mejorado a pasos grandes, pero sobretodo, a paso firme.

No puede negarse que el gobierno tenga la obligación de vigilar el cumplimiento de la legalidad y el estado de derecho, así como de garantizar la seguridad pública al conjunto de la población, y que la existencia de expresiones criminales como el narco constituyen lastres para la plena realización de esas tareas. Sin embargo, las autoridades deben actuar con sensibilidad e inteligencia, reconocer las distintas dimensiones de esos fenómenos –la policial, la política, la económica, la social– y atender, en consecuencia, los factores que se encuentran en la base de su surgimiento y desarrollo.
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[1]Canalseisdejulio (1998). La guerra oculta. Documental.

[2] Canalseisdejulio (1998). La guerra oculta. Documental.
[3] Ibid.
[4] Canalseisdejulio (1998). La guerra oculta. Documental.

[5] Canalseisdejulio (1998). La guerra oculta. Documental.
[6] La Jornada. Disponible en: http://www.lajornada.unam.mx

jueves, 18 de junio de 2009

¿ Y los reporteros de nota roja?



“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”.
Ryszard Kapuscinski


En México, el quehacer periodístico se remonta quizá hasta los códices elaborados por las culturas prehispánicas, con la conquista de los españoles, esto se intensifica y ejemplifica en las hojas volantes de aquella época (siglo XV) donde pretendían informar a cerca de acontecimientos locales.
Al pasar de los siglos y contextualizar nuevas épocas en la nación mexicana, se cae en cuenta de la importancia de los medios escritos para dar a conocer acontecimientos y mantener a una nación totalmente informada.
Bajo esta premisa en necesario acotar que el periodismo comenzó a especializarse a principios del siglo XIX; fue cuando surgieron los primeros editores, revisores, impresores y demás personas que completaban de esa forma el proceso de mantener al día a la sociedad mexicana, siempre a primera hora.
Conforme la profesión se hizo más compleja y completa también retomaban fuerza diversas tipificaciones para informar; es decir, en palabras simples surgió (entre otras tantas como el fotoperiodismo) la nota roja ya en pleno siglo XX, al marco de una sociedad en movimiento constante y de procesos en los cuales la tecnología se hacía presente, también existía una economía deficiente, pobreza y marginación generando cinturones de miseria en las ciudades, una sociedad debilitada y fragmentada fueron parte aguas de un periodismo más crudo, más realista pero también más persuasivo.
El periodismo sensacionalista –la nota roja- se introdujo en la cultura mediática mexicana a mediados de la década de los 90´s, justo cuando empezaba la decaída del sistema de partido único liderado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y cuando la oposición comenzaba a ganar algunos puestos electorales estratégicos que comenzaban a generar cambios significativos en materia electoral; de acuerdo a lo que menciona Daniel Hallin en La nota roja: Periodismo Popular y transición a la democracia en México.
…Estos dos procesos, la democratización y la liberación, están históricamente unidos. Sin embargo, la medida en la que éstos están en armonía o conflicto y sus implicaciones para el periodismo y la función pública de los medios complican el análisis mediático, como también la política mexicana. Esto se configura como información esencial para el estudio de la tendencia a la “sensacionalización” del periodismo (Hallin, 2000:35 y 36).
El periodismo sensacionalista realmente fue todo un suceso en el aparato televisivo desde su surgimiento; las noticias sobre acontecimientos de crímenes realmente siempre ha existido en nuestro país. Y en el resto de América Latina y Europa no cabe duda que el proceder es parecido pues en cuestión de prensa el auge no es tan grande como el público que apuesta por lo visual.
La audiencia de la nota roja se concentra en los telespectadores. La novedad más significativa fue la emisión de Ciudad Desnuda por parte de Televisión Azteca en 1995…cuya principal materia prima eran los crímenes callejeros que asolaban la Ciudad de México, se constituyó como uno de los primeros éxitos de la cadena televisiva, subiendo hasta el 20% en el índice de raiting… (Hallin, 2000:36)
Pero como es de esperar, la empresa Televisa también produjo un programa de ese corte denominado Fuera de la ley, que restó audiencia a TV Azteca.

Es interesante aclarar que ambos programas suscitaron demasiada crítica por parte de diversos sectores sociales, como por ejemplo intelectuales, periodistas, organizaciones civiles, anunciantes e inclusive hasta al mismo presidente; pues consideraban a la nota roja como contribuyente a empeorar el problema del crimen, a empeorar el problema del crimen, impulsar la cultura de violencia, y los de izquierda; definitivamente de impulsar una ideología política de corte autoritario (Haullin, 2000).
Un estudio aseguraba que, en el año de 1996, se emitían en la Ciudad de México 31 horas a la semana de programas sobre violencia basados en hechos reales, incluyendo Primer Impacto, programa sensacionalista producido por Univisión, red hispanohablante estadounidense ligada a Televisa (Haullin, 2000: 36)
Visión Urbana y Duro y Directo, nuevos programas de el duopolio mediático en México, fueron los sustitutos ideales para continuar con un ambiente sensacionalista en la emisión televisiva, presentaban generalmente crímenes callejeros, con ritmos rápidos, tonos sofocantes, imágenes dramáticas y altos niveles emotivos; a diario encontramos un nuevo suministro de “espantosos crímenes”, “ríos de sangre” y “bajas pasiones”.
Sin duda alguna, la emisión de este tipo de programas acarrea grandes consecuencias pues sólo pueden construirse como uno más de los emisores persuasivos que ciertamente, reflejan una parte de lo que vive el pueblo mexicano, donde la pobreza aumente gravemente a consecuencia de la enorme crisis que se vive en el periodo de Ernesto Zedillo, donde la criminalidad aumenta, donde la violencia es el pan de cada día en las calles de la ciudad de México y demás estados. Ciertamente estos programas son parámetros de lo que se vive, pero también distorsionan la realidad pues mostrando violencia se genera más violencia, pero sobre todo incertidumbre.


Una interpretación común de la sensacionalización o, para decirlo de forma más precisa, del cambio hacia el periodismo puramente movido por la lógica del mercado, atañe a la degradación o merma de la democracia causada por expulsar el debate e información política fuera de los medios, reemplazándolos por asuntos de la vida privada…Esta clase de periodismo popular, se puede argumentar; podría proporcionar (Haullin, 2000:39)
A pesar de que no se contradice de ninguna manera lo que está escrito anteriormente, la situación de la nota roja es distinta desde la perspectiva del reportero que la recrea cotidianamente, pues es su medio de subsistencia; es ahí donde las cosas dan un giro relativamente enorme.
Los periodistas comenzaron a mostrarse más orientados a ser representantes de lo público; pero dese el surgimiento de la nota roja a los hacedores de este tipo de información no se les toma en cuenta como debería hacerse. En general, no existe especialización para realizar este tipo de notas pues se requiere de contar con demasiadas cualidades que se han dejado en el olvido y se cae en dejar este tipo de escritos a cualquier persona que comienza en el trabajo periodístico.
En México hay actores que han estado siempre en el centro de la vida pública, aunque no necesariamente han tenido la posibilidad de poner a debate su rol en ella. En este caso hacemos referencia a los medios de comunicación masiva pues son quienes actualmente tejen y destejen discursos e imágenes públicas, pero pocas veces, me atrevería a decir que casi nunca, voltean al espejo para poder descubrir el porqué de lo que hacen, pero más importante aún, de lo que son.
Existen diversas hipótesis, algunas demasiado sólidas para hacer referencia a la forma de producción de la noticia, algunos intelectuales de los medios proponen que dicha producción se debe a diversos intereses pero principalmente son de carácter económico; algunos otros mencionan que se escribe de acuerdo a la inercia social, que una cosa o acontecimiento conduce a otro y así sucesivamente.


Pero en el caso de la nota roja, o mejor dicho (para periodistas que merecen todo el reconocimiento de su trabajo) a cerca de la construcción de noticias sobre seguridad pública y justicia penal, también se articulan por reglas impuestas desde la ideología dominante del etiquetamiento y el castigo, todo esto de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto para la Seguridad y democracia y la División de Estudios Jurídicos del CIDE en el pasado 2004.

La criminología más avanzada lo ha dejado en claro: en grados diversos, a través de formatos y símbolos evidentes o engañosos, los medios de comunicación tienden a producir y reproducir el discurso y los instrumentos que soportan el castigo penal que aplica el Estado, aún si el mismo se arropa en formatos de intervención de tipo autoritario. Sea o no válida esta hipótesis, sean cuales sean las mecánicas internas de las oficinas de redacción y los vasos comunicantes hacia los aparatos de seguridad pública y justicia penal, el problema de fondo es que dichos medios no son conducidos hacia ejercicios de análisis y auto-observación (Lara, 2004:08).

Precisamente porque a pesar de que es una ardua labor, también se encuentra entre actividades que no son bien reconocidas, de manera general, si siempre se hace referencia al gran poder de persuasión que ejercen los medios masivos de comunicación, es preciso hacer hincapié en que la nota roja, o como en esta investigación se hacen llamar constructores de noticias sobre seguridad pública y justicia penal, lo que encontramos es que tienen un gran alcance hacia los ciudadanos, hacia el pueblo mexicano que quizá movido por la cultura del morbo siempre le llama la atención el enterarse de sucesos desagradables para así medir el índice delictivo donde se desenvuelve.



¿Pero qué es lo que vá más allá de el hecho de construir la nota roja?, la respuesta quizá contendrá diversas aristas, sin embargo, no es costumbre que se lleve a periodistas y a medios para los que trabajan a un debate profundo y verdaderamente abierto sobre sí mismos pues algunos medios tienen como política institucional funcionar al margen de cualquier iniciativa que no sea organizada por ellos e impiden a sus reporteros asistir a foros de cualquier naturaleza donde sea posible dejar ver simplemente los códigos formales e informales que organiza y complementa su labor.
Pero no sólo eso, sino que como una especia de coartada o caparazón de este tipo de medios, pues simplemente se excusan y utilizan a la libertad de expresión como escudo pues toda intención que tenga como propósito consensuar estándares profesionales y éticos mínimos, particularmente si vienen de fuera del gremio, es leída y criticada como cortapisa frente a esa libertad. (Lara, 2004:08)
Los medios sin duda alguna hacen grandes aportaciones en la actualidad hacia nuestra incipiente democracia pero aún falta recorrer un largo trecho para poder consolidarse como verdaderas empresas democráticas lo cual radica en su débil capacidad para poder institucionalizar estándares de transparencia que los hagan entidades sujetas al debate público respecto a sus acciones y compromiso social.
Para construir la nota roja es preciso saber las implicaciones que éstas contraen, o mejor dicho, las que contrae el periodista o reportero que necesite o desee hacerlo.
En el libro Violencia y Medios 2; Marco Lara Klahr, periodista independiente, hace una importante aportación a lo que implica construir dicha nota. Ejemplifica que un director de un influyente medio de comunicación ordenó en 2005 la producción de un reportaje televisivo que revelara las peculiaridades del mercado de drogas al menudeo.

Obviamente, la reportera y camarógrafo se preocupan tanto por obtener imágenes verídicas de cierta forma, por encontrar a algún mediador que pueda ser el contacto con los vendedores de estas sustancias y mostrar peculiaridades de este sector. Lo que sucede es que la persona que los guía es informante en aquel entonces de la Policía Judicial del Distrito Federal en Azcapotzalco quien les asegura que en unas cuantas horas, cuando se acercara la noche, podrían obtener las imágenes tan deseadas; como quien va de caza.
Al llegar al lugar las imágenes son de una calle totalmente desierta, donde a primera vista casi puede percibirse la impunidad; de repente y de forma ocasional pasan algunas personas, de ellos, la víctima es un joven obeso, de gorra y de vestir informal quien después de grito, golpes y silencio, cae de espaldas ante este informante que violenta sus garantías individuales todo para poder obtener la nota, lo acusa de vendedor de droga y a pesar de los golpes aquel joven lo niega todo.la reportera se agacha para realizar la entrevista ante el joven en el suelo, éste no puede contestar pues es presa del miedo y la incertidumbre, pocos minutos después llega la patrulla y es llevado quién sabe dónde. La reportera opina que ese hombre es efectivamente distribuidor y vendedor de droga.
Frente a la consola de edición, en un primer momento el camarógrafo que filmó tales excesos muestra una sorpresa genuina de que el resultado de su trabajo, un video aterrador que consigna la impunidad histórica, sistémica, cómplice de policías y periodistas, sea expuesto al tamiz de la ética. En realidad transita de sorpresa en sorpresa, en especial cuando comprende todo lo que aquellas tomas pueden significar. Y confiesa, sin pretender justificarse, que aquella noche volvió a su casa asqueado, preguntándose “”qué mierda de país es este” donde “la policía puede golpear impunemente y acusar a un ciudadano”.
Al principio no relaciona esa reflexión tan áspera con su propio papel de periodista, propiciador de vejaciones contra ciudadanos; no está seguro, dice, de que su conclusión acerca de México pueda completarse así: “Qué mierda de país éste donde la policía y los periodistas podemos golpear y acusar impunemente a un ciudadano”. Él se define como un tipo profesional que, pase lo que pase, primero filma y después averigua; en tal cualidad finca, de hecho, parte de su autoestima como periodista – excluyendo el dato esencial de que esas personas estaban siendo violentadas a petición suya, para permitirle tener unas imágenes que de otra manera quizá no habría sido capaz de conseguir. (Lara, 2004:15 y 16)

Tendrían que pasar sólo algunos momentos para que el camarógrafo comprendiera la forma inadecuada para proceder y obtener una nota; desafortunadamente este es el país donde vivimos, donde las personas en ciertos lugares no se intimidan con alguna metralleta o pistola pero sí con las cámaras y micrófonos de los medios de comunicación que enjuician y sentencian a las personas día con día. Ciertamente la nota roja cuenta con gran audiencia televisiva y con gran lectura, sin embargo en las notas va implícita la ética del periodista quién sabe la forma en la que construyó la noticia.
Sólo con mayor capacidad de autocrítica del gremio y mayor responsabilidad social podrá quitarse este bache que tanto daño hace a la industria periodística; con mayor reflexión ciudadana y apoyo de los gobernantes podrá también protegerse a los reporteros que día con día se arriesgan por obtener información que sirve a la sociedad.


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES ELECTRÓNICAS

Lara Klahr, Marco y López Portillo Vargas, Ernesto (coordinadores) (2006). Violencia y Medios 2. Reporteros de Policía. México: INSIDE/CIDE.

C. Hallin, Daniel (2000) La nota roja: Periodismo Popular y transición a la democracia en México. PDF File.

La influenza en México: Análisis Mediático



…Ahí radica el verdadero poder de los medios masivos (de comunicación): Son capaces de redefinir la normalidad.
Michael Medved.

Los medios de comunicación masiva se han configurado como herramientas altamente eficaces en el momento de crear mensajes y distribuirlos a la sociedad; sobre todo si detrás de éstos se encuentra el aparato gubernamental, interesado en legitimar sus acciones y persuadir al ciudadano.
En materia mediática, en nuestro país existe una gran historia difícil de borrar y más difícil aún la de cambiar el rumbo de acción de los medios de comunicación, para hacerlos más humanos, más sociales, pero más aún realistas.
Parafraseando el artículo cuarto y quinto de la Ley Federal de Radio y Televisión mencionamos que dichas entidades se caracterizan como una actividad de interés público y que incluso el Estado tiene el deber de proteger y vigilar el desempeño de su trascendental función social, ya que deben cumplir y contribuir en el fortalecimiento de la integración nacional y mejoramiento de las formas de convivencia humana; de lo contrario, cualquier falta a la Ley es de carácter federal quedando a cargo directamente de la Secretaría de Gobernación.
Es decir, los medios de comunicación masiva surgieron con la premisa de brindar un bien social, de aportar, dar a conocer información verídica e importante para la sociedad; son el vínculo entre el aparato gubernamental y el individuo; claro está que en sus inicios en el siglo pasado no se tomaba en cuenta esa responsabilidad social, tampoco se medía su alcance a nivel audiencia e inclusive en los aspectos más fundamentales del país como la cultura, política, economía, etcétera.

La cuestión ambivalente de los medios, por un lado vistos como contribución social y por otro como perjudicial para su amplio desarrollo se ha vuelto en las últimas semanas tema de extensa conversación y de puntos de vista tan diversos que es casi imposible llegar a una conclusión adecuada.
La situación de los medios de comunicación en América Latina es muy peculiar, pues surgieron en un contexto desfavorable en muchos aspectos, principalmente económicos y políticos; era necesario recurrir a ciertos mecanismos de control y persuasión social, al respecto los medios altamente eficientes en desarrollar esta nueva labor, siempre acompañados del aparato gubernamental y brindándole beneficios enteros.
Poco a poco, la relación Estado-Medios fue totalmente puesta al descubierto (y no por eso se ha disimulado), al contrario, es cada vez más notorio día a día.
Esta relación vuelve a retomar fuerza de manera peculiar en los últimos meses y aún no puede entenderse su línea de acción, es decir, si simplemente los medios de comunicación no han dejado atrás su tinte oficialista, o bien, si en realidad sigue existiendo esa mutua complicidad en el momento de difundir información de carácter necesario para el pueblo.
La importancia radica en el suceso que aconteció en el mes de abril, cuando las autoridades federales hicieron hincapié en la importancia de controlar el contagio de una cepa de influenza denominada A/H1N1 o influenza porcina como bien destacaron en un principio autoridades como el Secretario de Salud José Ángel Córdoba quien cuando conoció el caso y después de consultarlo en una reunión previa decide suspender clases en el Distrito Federal el día 23 de abril y en un horario de difusión bastante complicado para los niños más no para sus padres.
Sin embargo, el desconcierto se apoderó de los mexicanos a nivel general, no importando raza, ni sexo, ni condición económica; aunque aún quedan muchas cosas en el aire, es preciso destacar la opinión, días posteriores a esa medida radical, de Raúl Trejo, perteneciente a la AMEDI (Asociación Mexicana de Derecho a la Información):
En los días siguientes no han faltado sobresaltos pero a pesar de precauciones inéditas, de la cancelación de buena parte de la vida social y la abolición de formas de afecto que son parte de la idiosincrasia nacional, no hemos tenido más que esperar la evolución de la epidemia. Nuestra ignorancia ha estado acotada por explicaciones reiteradas. La decisión para suspender actividades y poner en práctica medidas de emergencia sanitaria no debe haber resultado sencilla y allí se puede identificar un acierto del gobierno federal. Lo contrario, podría haber resultado catastrófico. A la administración del presidente Calderón se le pueden formular numerosos reproches. Pero en este caso, hasta donde puede apreciarse, ha tenido decisiones a tiempo y ha informado con claridad.

Sin embargo, las decisiones aún son muy criticadas, aquí la cuestión primordial está relacionada con el actuar de los medios de comunicación, como ya hemos mencionado, el obtener información en este tipo de problemas imprecisos y repentinos causa distorsión de la realidad además de tomar decisiones precipitadas tanto para el gobierno federal en este caso, como para las medios masivos de comunicación ya que en cuestión social definitivamente son temas muy especiales de tratar, y con grandes alcances como ya lo hemos visto.
En un contexto de frecuente ineficacia de las instituciones públicas, de distanciamiento entre el poder político y la sociedad, de insuficiente coordinación entre gobiernos federal y locales y sobre todo de inagotable politización de cualquier asunto, la respuesta ante la epidemia ha resultado meritoria. El gobierno federal informa y la sociedad, en términos generales, atiende y entiende. Los dirigentes políticos –ni modo, con excepciones– evitan la ideologización vulgar y se cuidan de achacar culpas o reprochar deslices en el comportamiento de las autoridades. Ayer (28 de abril) los senadores, muchos de ellos con cubrebocas, desahogaron parte de sus muchos asuntos pendientes –entre ellos la ley de salarios máximos para los funcionarios– sin caer en la tentación de reprochar a sus adversarios políticos la propagación de la influenza. Los medios de comunicación, salvo unos cuantos, han eludido el tremendismo y ofrecen información a pasto, modifican sus formatos para atender dudas de la gente, cumplen con sus obligaciones de servicio público. (Trejo, 2009)
Desde la perspectiva de Trejo, los medios de comunicación y el gobierno actuaron de manera eficaz y eficiente, con pleno ejercicio de toma de decisiones basadas en la información adecuada y pertinente pues en contadas ocasiones escuchamos decir: sólo existen dos tipos de decisiones, las que se toman con información y las que se toman sin ella.
Ernesto Piedras afirma que la epidemia de la influenza tiene la característica de ser el primero de los fenómenos de la salud pública en la era denominada “sociedad de la información” y desde esa perspectiva es muy clara la situación, sobre todo por lo poco que lleva de inicio nuestro prometedor Siglo XXI.
Es un fenómeno que muchos en el ir y venir de ideas han denominado epidemia algunos, entre ellos la gran Organización Mundial de la Salud (OMS por sus siglas en inglés) y otros más catastróficos que la denominan pandemia.
La información en contadas ocasiones fue precisa, más bien contenía una sutileza de desconcierto, como es necesario acotar, la información es piedra fundamental para poder ejercer la libertad de expresión y también el derecho a la información no sólo en México, sino que en cualquier nación que crea en las libertades del hombre, pero sobre todo, en su trascendencia.
Cabe destacar que en este caso información de miles de fuentes purulaban como quizá no en mucho tiempo; de la noche a la mañana escuchábamos a través de la radio, de la televisión, a la hora de indagar en internet o de recibir mensajería instantánea en nuestros correos miles de bombas escritas, tantos supuestos, afirmaciones, engaños, y por supuesto, datos “oficiales” tantas cosas que hacen que en la mente humana se pueda discernir difícilmente.
Alejandro Romero, publicó ayer (30 de abril de 2009) en El Universal, un interesante texto sobre el tema. Afirma que cuando uno buscaba influenza en Google el 28 de abril, encontraba 117 millones de páginas y más de 27 mil noticias publicadas. Esta misma búsqueda el día 29 ofrecía ya 281 millones de resultados y más de 100 mil noticias. Cuando alguien buscaba gripe porcina, un término relativamente nuevo surgido a raíz de esta epidemia, el día 28 se encontraban 658 mil páginas y el 29, un millón 820 mil. (Sosa, 2009).
Como podremos deducir, la información fue tal que ya prácticamente no se podía comprender el efecto de esta más que influenza, influencia de los medios masivos de comunicación aunados a las tan ya conocidas y eficaces “nuevas tecnologías de la información”, caso específico: Internet y podcast.
Ante esta circunstancia, la sociedad obviamente estuvo paralizada, no comprendía con exactitud cuál era el marco de su realidad y cuál era la ficción o exageración respecto al tema.
Como también ya se hizo mención al inicio de este escrito, es preponderante el hecho de hacer referencia a los países latinoamericanos en la construcción de las redes de comunicación y su impacto en la sociedad. El caso específico América Latina sólo nos trae la fiel imagen de la prensa y medios de difusión en general en constante apego hacia la red gubernamental, nos hace pensar en un sometimiento, e “institucionalización” como Robert Pierce opina como principal característica de prensa en México. Se ha anexado hacia las redes gubernamentales, ha tenido carácter oficialista y por lo tanto, la información sólo tendrá una sola línea, no permitiendo la entrada de diversas fuentes, a excepción claro está, del medio más utilizado en los últimos tiempos, el Internet; cuestión que dicho sea de paso, no está reglamentado por las leyes federales debido a que la Ley Federal de Radio y Televisión ha sido modificada en constantes ocasiones, pero jamás transformada a conciencia.

Ayer (30 de abril de 2009), por ejemplo, el periódico Reforma publicó los resultados de una encuesta aplicada en el Distrito Federal. A la pregunta sobre las cifras que han dado a conocer las autoridades sobre el número de personas contagiadas o fallecidas a causa de la influenza porcina, un 57 por ciento opina que se quedan cortas con la realidad. (Sosa, 2009)




Este es, sin duda, uno de los puntos principales para destacar puesto que a final de cuentas, la información y decisiones gubernamentales se ponen a juicio crítico de la sociedad que en lugar de pensar en un retroceso es al contrario, una sociedad que ahora tiene la capacidad de distinguir cuando sus gobernantes le dicen la verdad y son honestos y cuando definitivamente utilizan a los medios y la información como parte de su estrategia de legitimar y dar a conocer sus acciones, como deben ser entendidas por el pueblo.
Al respecto, se han sugerido diversas formas de entender el problema; una de ellas es a través del Internet, si bien es cierto la mayoría de personas piensan en lo negativo de este medio es interesante destacar que en medio de tanta incertidumbre y a pesar de que haya contribuido a ello, fue un medio eficiente para la comunicación a distancia, fue importante por el acceso a tantas redes sociales (hi5, facebook, Messenger, entre otras) que permitieron de batir y generar conciencia y calma entre las multitudes.
…se demuestra una vez más que Internet, pese a lo que hemos dicho, es también un punto fundamental de encuentro de amigos, familiares y colegas para conversar sobre temas como el que nos ocupa y exponer una opinión sin necesidad de la ahora casi prohibitiva comunicación cara a cara. Las llamadas redes sociales como Facebook y Hi5 son herramientas que lo mismo son utilizadas para informarse que para recibir apoyo, consuelo y hasta ayuda psicológica por el miedo y el pánico generados ante la saturación mediática sobre la enfermedad o bien para manifestar su enojo o preocupación sobre las acciones tomadas por el gobierno ante la epidemia. El citado Alejandro Romero explica ayer que, por ejemplo, en Facebook ya hay más de 500 grupos creados en torno a la Influenza y exclusivos sobre gripe porcina.
En términos laborales, también la red ha sido puesta a prueba para el trabajo a distancia en esta etapa de emergencia. Programas como Skype, Twitter y Messenger han tenido un uso intensivo para no dejar de ser, como dicen las empresas, productivos pese a la circunstancia que atraviesa nuestro país. (Sosa, 2009).

Ahora bien, expuesto lo anterior es preciso comenzar con un ligero punto de vista distinto a lo que los medios oficiales daban a conocer; quizá en un primer momento a México lo perturbó la noticia de la Influenza Porcina, pero poco a poco, las noticias oficiales comenzaron a ser incoherentes, no planeadas con anticipación y eso bastó para que la sociedad comenzara con una ferviente crítica, llena de gran coraje por cierto.
El contexto mexicano no pinta nada bien para este año y lo que lleva de este; el tema de la influenza vino a debilitar cada vez más tanto al aparato gubernamental, como las relaciones sociales y finalmente la economía y el turismo nacional, entre otros tantos casos, como opina Antonio Gershenson:
En México fue haciéndose público que el año pasado hubo un fuerte “subejercicio” en el sector salud, y también en el primer trimestre de 2009, mientras que, en este último periodo, Seguridad Pública, Defensa y Marina ejercieron totalmente su presupuesto. Se ha dicho que el año pasado había un proyecto de desarrollo de vacunas que no se llevó a cabo porque Hacienda no entregó el presupuesto. En mucho, por lo que parece, la semiparálisis de buena parte del país obedeció a la ignorancia, o al silencio, del gobierno federal, durante varios días y al manejo público del problema.(Gershenson, 2009)

La problemática fue más allá de lo quizá previsto por las autoridades federales e inclusive a nivel internacional; México quedó señalado como un país con alto riesgo de contagiar a la ciudadanía extranjera por caso que quizá aún no se encontraban controlados.
Económicamente, las decisiones del presidente Felipe Calderón en definitiva no fueron ni las adecuadas ni las políticamente aceptadas por miles de mexicanos que perdieron el empleo y que no precisamente fue a causa de la influenza sino de políticas tan austeras que ha implementado en neoliberalismo en nuestro país, radicalizando más la pobreza; así, un problema aparentemente de salud pública nacional pasó a convertirse en un problema político y altamente económico.

En enero–marzo, el producto interno bruto del país bajó 8.2 por ciento frente al mismo periodo del año anterior. Y el discurso oficial llegó a decir en mayo que ya tocamos fondo en la crisis y ya vamos de salida. (Gershenson, 2009)

Ocultar mostrando, indicio de varias cuestiones periodísticas, característica de cuando existe algo grave que debe ocultarse al pueblo, engrandecer algún problema que de antemano se sabe causará furor, o lo peor: temor en la gente, lo que le impide ir más allá de lo que le muestra la información a simple vista.
La situación económica del país se encuentra en colapso, diariamente la tasa de desempleo aumenta, la agilidad social se debilita, las redes sociales comienzan a desarticularse, existen pocas movilizaciones; la justificación: no salir de casa para evitar un posible contagio.

Sería muy sencillo decir que el agravamiento de la crisis es por “la influenza”. Acabamos de ver que incidieron en esto varias actitudes oficiales que ampliaron el efecto en la economía nacional de este proceso que se ha dado en torno a la epidemia.
Sin duda alguna, decir que la influenza no es el caso primordial en boga es incorrecto, negar la existencia de este virus lo es más; sin embargo esto no exime al gobierno de su culpabilidad, del gran afán por demostrar que las cosas funcionan cuando el positivismo de Calderón no le sirve de nada a una familia que no tiene la posibilidad de tener acceso a una mejor vida, a un desempleado que le han cerrado las puertas, a un estudiante que aún después de egresar de una licenciatura busca una oportunidad de empleo, a un niño o niña que desea continuar con sus estudios, pero que su pobreza se lo impide ¿De qué manera explica el presidente a estas personas? ¿De qué manera podrá legitimar sus acciones bajo estas circunstancias?


Los medios masivos de comunicación no se libran de culpa alguna; han sido fieles a gobierno, han aportado para formar el gran teatro que oculta los errores de gobiernos pasados; también sus propios errores.
En esta emergencia sanitaria los medios de comunicación han contribuido a generar pánico, al mismo tiempo, han ayudado a difundir las medidas necesarias para detener y prevenir mayores contagios, jugando un papel fundamental para detener la epidemia, lo que nos muestra el importante papel que podrían desempeñar, contribuyendo a la prevención para la salud, la cultura y la educación, en lugar de seguir fomentando la violencia, el consumismo y el individualismo. (MTS, 2009)
Ciertamente, los medios pueden jugar un papel emancipador dentro de los roles sociales, lejos de la cuestión comercial del medio en el que se encuentran. Es preciso aclarar que cometieron aciertos, que brindaron información necesaria y suficiente para el manejo y control de la epidemia de influenza pero que ocultaron cuestiones apremiantes en materia legislativa:
En medio de esta emergencia, las Cámaras de Diputados y Senadores cerraron el periodo ordinario de sesiones y aprobando al vapor, decenas de disposiciones, sin debate y discusión alguna, y sin que la sociedad conozca y se haya difundido ampliamente el contenido de las mismas, por lo que se hace necesario que ambas Cámaras informen el contenido de sus enmiendas y de las nuevas disposiciones aprobadas. (Íbid)

A pesar de todo (y analizando previamente los hechos) podremos mencionar que los medios masivos de comunicación realizaron una labor titánica en cuanto al manejo de la información, lo malo es que jamás realizaron una selección de información para caer en cuenta de lo que la gente necesitaba saber.
Los Medios sólo mostraron esa poca responsabilidad (caracterizada en algunos de ellos) por la información y con su público.
…la radio y la televisión se convirtieron en ecos fieles y acríticos de las fuentes oficiales. La reiteración de las medidas preventivas y de los datos confusos proporcionados particularmente por las autoridades sanitarias del gobierno federal y del gobierno del Distrito Federal, fue la norma. ¿Qué más allá de eso? Muy poco. Salvo algunas excepciones, los medios han reflejado muchas de sus debilidades: ausencia de investigación, editorialización, en ocasiones excesiva, ignorancia y por supuesto desinformación sobre un tema que los tomó, como a muchos, desprevenidos. Los medios han sido funcionales a las políticas de comunicación del gobierno calderonista en esta nueva tragedia nacional. (Sosa, 2009).
Como acotación final se puede escribir mil y un ideas, a pesar de esto es preciso aclarar que ciertamente los medios de comunicación en México cumplieron el objetivo de brindar un servicio a la sociedad, pero un servicio de la información dado de manera eficiente pone entre dicho muchas cosas.
Lo rescatable sin duda alguna es la sociedad, su toma de decisiones y el manejo responsable de sus actitudes y desconciertos. Conforme mayor capacidad de razonamiento exista, entonces tendremos la capacidad de realizar bien nuestro trabajo porque es parte de un compromiso inviolable, lo que se traducirá en nuevas, mejores y renovadas leyes, donde permitan la libertad de expresión y el acceso a la información como ejes principales de conciencia y gestores de una mejor democracia en el país, con el principio de igualdad y honestidad en todos los ámbitos, pero sobre todo con una sociedad unida, no fragmentada.



FUENTES ELECTRÓNICAS

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/24/index.php?section=opinion&article=022a2pol
http://mediosantelainfluenza.wordpress.com/2009/05/01/
http://www.ecoportal.net/content/view/full/85857
http://mediosantelainfluenza.wordpress.com/2009/05/01/influenza-porcina-y-medios/

jueves, 13 de diciembre de 2007

EDITORIAL


En esta ocasión es preciso reconsiderar nuestro papel como seres humanos en la creación de una mejor estructura social, que contemple diversas aristas a atender; la cuestión fundamental radica en establecer y respetar las leyes que sean generadas de manera más equitativa y contemplando a todos y cada uno de los individuos que pertenecen a nuestro país, aunque esto conlleva mayores características a nivel mundial, en general, todos formamos parte de un contexto que nos marca las pautas a tomar en cuenta.
A lo largo del blog conocerás un punto de vista que solamente estará fundamentado por la idea de tomar en cuenta al género más vulnerable que exista en nuestro planeta: “la mujer”, y más allá, “La mujer indígena”, como punto clave de cohesión social; es ella, la que con mucho esfuerzo intenta dejar un legado de lucha por la equidad y la libertad de género, es una voz que se opaca, y que al mismo tiempo parece resurgir con el paso de los años.
La mujer es vital en el desarrollo del individuo como persona y como ser humano, entonces es preciso brindarle apoyo, seguridad y bienestar para su andar cotidiano.
No es cuestión de cambiar de golpe algo que no podría ser así, sin embargo, pensemos en cómo día a día una mujer indígena es violentada o discriminada en cualquier lugar, es menospreciada por su vestimenta o dialecto, cómo una mujer va minimizando su valor a través del andar de los años (muchas de ellas), con los pies descalzos y con un futuro y presente incierto.
También hablamos de la niñez indígena, un sector muy noble que pretende salir adelante aunque el señalamiento y discriminación parezca seguirlos como una sobra donde quiera que vayan; ellos son capaces de sentirse orgullosos por su origen, y también capaces de demostrar que se encuentran presentes en nuestra sociedad.
Como verán, esto no es cuestión de una delimitación geográfica, es cuestión de nación, de apoyo a nuestros indígenas porque son tan nuestros que ni siquiera nos damos cuenta. Con cada paso que damos, construimos el presente, de nosotros depende cambiar la historia de menosprecio hacia ellos, hacia los que generan nuestra identidad como una nación pluricultural.

“EL RINCÓN DE LAS IDEAS”

“RADIODIFUSORAS QUE APUESTAN POR LA DIFUSIÓN Y APOYO A LOS INDÍGENAS”

Los medios de comunicación masiva actualmente apuestan a todo lo que hay de comercial, o sea que no dejan ni una migaja para quien apuesta a la radio cultural, debido a muchas cuestiones, que en su totalidad hacen referencia hacia un interés e indiferencia específico de quienes ostentan el poder político, económico, cultural y de información en nuestro país.
Todo esto hace que la información esté segmentada y delimitada principalmente por la agenda de los medios, quienes deciden qué es lo que se difunde y qué es lo que no; bien se ha mencionado en dar escape con una frase que menciona que noticia no es que un perro muerda a un individuo; si no en que éste individuo muerda a un perro, según ellos, esa es la verdadera noticia, lo sorprendente, lo que hace que la gente se interese en algo que principalmente nos damos cuenta al ver la televisión.
Sin embargo, siempre he pensado que la radio es un medio muy noble (será porque me apasiona); es diferente por muchos aspectos, tales como que transmite emociones mediante sonidos, permite desarrollar la imaginación y se relaciona más íntimamente con el destinatario, con los radioescuchas, además de que te permite realizar tus actividades cotidianas y escucharla al mismo tiempo.
Como bien es sabido, desde hace 25 años; surge un nuevo género y junto él una nueva forma de hacer radio en México, una radio como fundamentalmente fue concebida en sus inicios; las radiodifusoras indigenistas, que durante estos años han transmitidos la cultura de los diversos pueblos indígenas de lo largo y ancho de la nación, difunden su lengua, sus tradiciones y la música de cada una de dichas comunidades.
La radio, es un medio que le da vida a los pueblos indígenas, se ha llenado de la gran sabiduría de los ancianos, han dado cabida y respuesta a las inquietudes de los jóvenes, de los hombre y mujeres que conforman un amplio conocimiento; todo esto, resguardado en la “Fonoteca Henrietta Yurchenco, un gran acervo fonográfico a nivel mundial.
La Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos Indígenas trabaja arduamente en colaboración con sus emisoras para difundir el trabajo y valor de los indígenas; han tenido bastante éxito, ya que son escuchados y son considerados como un elemento fundamental para dar a conocer lo que en realidad son estos pueblos; han hecho realidad el que actualmente el 75% del personal que labora en las radiodifusoras sean gente indígena que muestra un trabajo de calidad y eficiencia; es honorable saber que se emite en 31 lenguas indígenas, todo esto con el firme compromiso de mantener informados a los indígenas en su propio idioma.
Lo antes mencionado contribuye a reconocer la diversidad de cada pueblo, la pluriculturalidad de la nación y un amplio fortalecimiento de el dialecto indígena, pero sobretodo cuentan con la confianza de sus radioescuchas debido al gran compromiso que tienen para con ellos; sin duda, una gran demostración de que cuando se desea hacer algo por rescatar lo más valioso de la nación sólo se necesitan ganas, compromiso y lealtad ante la mejora de nuestra nación.
Bien lo decía; la radio es un medio de comunicación noble.

“LAS NIÑAS INDÍGENAS, UN FUTURO PREDESTINADO”



Me llamo Edith. El vestido que llevo es el traje de mi comunidad, el vestido mazahua.
Me gusta vestirme así, pero me han discriminado
cuando llevaba este traje.
También me han discriminado las personas rubias porque mi piel es un
Poquito negra.
Edith (7 años) indígena mazahua
Ciudad de México.



Pensar en discriminación a nivel mundial quizá parezca lejano de la realidad, por diversas cuestiones que sinceramente no cuentan con un buen fundamento, tomando en cuenta las violaciones que se hacen a los derechos humanos, en cualquier territorio, país o comunidad.
Sin embargo, debemos situarnos a nivel nacional, donde al parecer, en lugar de tener un avance, vamos en retroceso en materia de respeto y derechos humanos, sobretodo con el sector indígena.
Llamémosle mujer, hombre, discapacitado, anciano, niño o niña; todos por el simple hecho de tener vida y pertenecer a un sistema social, político, económico y cultural tenemos garantías que vigilan nuestro bienestar, o al menos en teoría, así debe ser.


Pero ¿Qué es lo que pasa actualmente?; la respuesta es todo lo contrario a lo que establece la teoría; razones existen muchas, e incontables y aplicables para ciertos rubros.
En México, ante la situación de la conquista (hace poco más de quinientos años) permite el surgimiento de una problemática que actualmente es difícil de erradicar, está tan arraigada y justificada como uno de los tantos elementos culturales, un ejemplo de esto es la subordinación de algunos grupos desfavorecidos, como lo son los indígenas.
Aunque en este caso me parece pertinente delimitar el asunto a algo más concreto.
Sin duda, las personas que más sufren por esta discriminación son las niñas que con el pasar de los años, inculcan a sus hijas y demás mujeres el respeto y sumisión ante los hombres y no sólo eso, sino ante la sociedad, como un individuo de menor valor (que es tan notorio al visitar algunas comunidades indígenas), como una pauta de conducta que no se piensa, sólo se realiza, porque así ha sido siempre.
Un amplio sector indígena coincide en que salir hacia las grandes ciudades es una ventaja para su estilo de vida, sin tomar en cuenta los riesgos que acarrea esta decisión drástica; desde el punto de vista de la discriminación, (tanto de étnia, como racial y cultural), hasta aspectos tales como hambre y varias enfermedades derivadas de la mala alimentación que ellos tienen, derivandose en desnutrición y malos hábitos alimenticios y concluyendo con que no tienen un lugar digno donde vivir.
Tal es el caso de Marlen Mendoza Ascencio, una niña indígena originaria de la comunidad de San Juan Tetelcingo en Guerrero, quien estuvo a punto de abandonar la primaria por burla de sus compañeros; actualmente está a punto de concluir la secundaria; al respecto comenta: "La gente que discrimina a los indígenas está mal, no sabe lo que es ser mexicano, porque antes de los españoles y los mestizos ya estábamos nosotros los indígenas".
Es cuestión de cultura y de conciencia; los indígenas se encuentran de manera muy trivial en los aspectos gubernamentales, en la política y sobretodo, estás olvidados por las diversas capas sociales que solo se limitan a decir “bueno, entiendo la problemática y es difícil”, pero el problema no radica en reconocer una problemática existente, sino en actuar, en generar diversas situaciones propicias para dicho cambio.
Una característica importante relacionada con la niñez indígena es la educación; “las políticas educativas… no han definido específicamente las necesidades sociales que deben considerarse como prioritarias, por lo tanto, no se han orientado en la práctica a la satisfacción de las mismas” (Ruiz; 15:1991). Lo que en particular, hace notoria la ineficiencia o desinterés del gobierno por generar el conocimiento, ya que en la medida de que la sociedad conozca, en esa medida será crítica y tendrá mejores armas para luchar por lo que desea, por cambiar una estructura tan establecida.
La situación está latente, los puntos de vista difieren enormemente los unos y los otros; pueden suceder muchas cosas en los próximos años, y lo peor del caso es que perdemos cada vez más a los símbolos que ostentan dignamente nuestra identidad nacional, que aunque nosotros los hemos tirado en el olvido, para ellos, siempre estamos presentes.


FUENTES DE CONSULTA:
  • Ruiz del Castillo, A. (1991) “Educación y Estructura Socioeconómica y Política” en : Crisis, Educación y Poder en México. México: Plaza y Valdés Editores. Págs. 15 – 59.