jueves, 18 de junio de 2009

La influenza en México: Análisis Mediático



…Ahí radica el verdadero poder de los medios masivos (de comunicación): Son capaces de redefinir la normalidad.
Michael Medved.

Los medios de comunicación masiva se han configurado como herramientas altamente eficaces en el momento de crear mensajes y distribuirlos a la sociedad; sobre todo si detrás de éstos se encuentra el aparato gubernamental, interesado en legitimar sus acciones y persuadir al ciudadano.
En materia mediática, en nuestro país existe una gran historia difícil de borrar y más difícil aún la de cambiar el rumbo de acción de los medios de comunicación, para hacerlos más humanos, más sociales, pero más aún realistas.
Parafraseando el artículo cuarto y quinto de la Ley Federal de Radio y Televisión mencionamos que dichas entidades se caracterizan como una actividad de interés público y que incluso el Estado tiene el deber de proteger y vigilar el desempeño de su trascendental función social, ya que deben cumplir y contribuir en el fortalecimiento de la integración nacional y mejoramiento de las formas de convivencia humana; de lo contrario, cualquier falta a la Ley es de carácter federal quedando a cargo directamente de la Secretaría de Gobernación.
Es decir, los medios de comunicación masiva surgieron con la premisa de brindar un bien social, de aportar, dar a conocer información verídica e importante para la sociedad; son el vínculo entre el aparato gubernamental y el individuo; claro está que en sus inicios en el siglo pasado no se tomaba en cuenta esa responsabilidad social, tampoco se medía su alcance a nivel audiencia e inclusive en los aspectos más fundamentales del país como la cultura, política, economía, etcétera.

La cuestión ambivalente de los medios, por un lado vistos como contribución social y por otro como perjudicial para su amplio desarrollo se ha vuelto en las últimas semanas tema de extensa conversación y de puntos de vista tan diversos que es casi imposible llegar a una conclusión adecuada.
La situación de los medios de comunicación en América Latina es muy peculiar, pues surgieron en un contexto desfavorable en muchos aspectos, principalmente económicos y políticos; era necesario recurrir a ciertos mecanismos de control y persuasión social, al respecto los medios altamente eficientes en desarrollar esta nueva labor, siempre acompañados del aparato gubernamental y brindándole beneficios enteros.
Poco a poco, la relación Estado-Medios fue totalmente puesta al descubierto (y no por eso se ha disimulado), al contrario, es cada vez más notorio día a día.
Esta relación vuelve a retomar fuerza de manera peculiar en los últimos meses y aún no puede entenderse su línea de acción, es decir, si simplemente los medios de comunicación no han dejado atrás su tinte oficialista, o bien, si en realidad sigue existiendo esa mutua complicidad en el momento de difundir información de carácter necesario para el pueblo.
La importancia radica en el suceso que aconteció en el mes de abril, cuando las autoridades federales hicieron hincapié en la importancia de controlar el contagio de una cepa de influenza denominada A/H1N1 o influenza porcina como bien destacaron en un principio autoridades como el Secretario de Salud José Ángel Córdoba quien cuando conoció el caso y después de consultarlo en una reunión previa decide suspender clases en el Distrito Federal el día 23 de abril y en un horario de difusión bastante complicado para los niños más no para sus padres.
Sin embargo, el desconcierto se apoderó de los mexicanos a nivel general, no importando raza, ni sexo, ni condición económica; aunque aún quedan muchas cosas en el aire, es preciso destacar la opinión, días posteriores a esa medida radical, de Raúl Trejo, perteneciente a la AMEDI (Asociación Mexicana de Derecho a la Información):
En los días siguientes no han faltado sobresaltos pero a pesar de precauciones inéditas, de la cancelación de buena parte de la vida social y la abolición de formas de afecto que son parte de la idiosincrasia nacional, no hemos tenido más que esperar la evolución de la epidemia. Nuestra ignorancia ha estado acotada por explicaciones reiteradas. La decisión para suspender actividades y poner en práctica medidas de emergencia sanitaria no debe haber resultado sencilla y allí se puede identificar un acierto del gobierno federal. Lo contrario, podría haber resultado catastrófico. A la administración del presidente Calderón se le pueden formular numerosos reproches. Pero en este caso, hasta donde puede apreciarse, ha tenido decisiones a tiempo y ha informado con claridad.

Sin embargo, las decisiones aún son muy criticadas, aquí la cuestión primordial está relacionada con el actuar de los medios de comunicación, como ya hemos mencionado, el obtener información en este tipo de problemas imprecisos y repentinos causa distorsión de la realidad además de tomar decisiones precipitadas tanto para el gobierno federal en este caso, como para las medios masivos de comunicación ya que en cuestión social definitivamente son temas muy especiales de tratar, y con grandes alcances como ya lo hemos visto.
En un contexto de frecuente ineficacia de las instituciones públicas, de distanciamiento entre el poder político y la sociedad, de insuficiente coordinación entre gobiernos federal y locales y sobre todo de inagotable politización de cualquier asunto, la respuesta ante la epidemia ha resultado meritoria. El gobierno federal informa y la sociedad, en términos generales, atiende y entiende. Los dirigentes políticos –ni modo, con excepciones– evitan la ideologización vulgar y se cuidan de achacar culpas o reprochar deslices en el comportamiento de las autoridades. Ayer (28 de abril) los senadores, muchos de ellos con cubrebocas, desahogaron parte de sus muchos asuntos pendientes –entre ellos la ley de salarios máximos para los funcionarios– sin caer en la tentación de reprochar a sus adversarios políticos la propagación de la influenza. Los medios de comunicación, salvo unos cuantos, han eludido el tremendismo y ofrecen información a pasto, modifican sus formatos para atender dudas de la gente, cumplen con sus obligaciones de servicio público. (Trejo, 2009)
Desde la perspectiva de Trejo, los medios de comunicación y el gobierno actuaron de manera eficaz y eficiente, con pleno ejercicio de toma de decisiones basadas en la información adecuada y pertinente pues en contadas ocasiones escuchamos decir: sólo existen dos tipos de decisiones, las que se toman con información y las que se toman sin ella.
Ernesto Piedras afirma que la epidemia de la influenza tiene la característica de ser el primero de los fenómenos de la salud pública en la era denominada “sociedad de la información” y desde esa perspectiva es muy clara la situación, sobre todo por lo poco que lleva de inicio nuestro prometedor Siglo XXI.
Es un fenómeno que muchos en el ir y venir de ideas han denominado epidemia algunos, entre ellos la gran Organización Mundial de la Salud (OMS por sus siglas en inglés) y otros más catastróficos que la denominan pandemia.
La información en contadas ocasiones fue precisa, más bien contenía una sutileza de desconcierto, como es necesario acotar, la información es piedra fundamental para poder ejercer la libertad de expresión y también el derecho a la información no sólo en México, sino que en cualquier nación que crea en las libertades del hombre, pero sobre todo, en su trascendencia.
Cabe destacar que en este caso información de miles de fuentes purulaban como quizá no en mucho tiempo; de la noche a la mañana escuchábamos a través de la radio, de la televisión, a la hora de indagar en internet o de recibir mensajería instantánea en nuestros correos miles de bombas escritas, tantos supuestos, afirmaciones, engaños, y por supuesto, datos “oficiales” tantas cosas que hacen que en la mente humana se pueda discernir difícilmente.
Alejandro Romero, publicó ayer (30 de abril de 2009) en El Universal, un interesante texto sobre el tema. Afirma que cuando uno buscaba influenza en Google el 28 de abril, encontraba 117 millones de páginas y más de 27 mil noticias publicadas. Esta misma búsqueda el día 29 ofrecía ya 281 millones de resultados y más de 100 mil noticias. Cuando alguien buscaba gripe porcina, un término relativamente nuevo surgido a raíz de esta epidemia, el día 28 se encontraban 658 mil páginas y el 29, un millón 820 mil. (Sosa, 2009).
Como podremos deducir, la información fue tal que ya prácticamente no se podía comprender el efecto de esta más que influenza, influencia de los medios masivos de comunicación aunados a las tan ya conocidas y eficaces “nuevas tecnologías de la información”, caso específico: Internet y podcast.
Ante esta circunstancia, la sociedad obviamente estuvo paralizada, no comprendía con exactitud cuál era el marco de su realidad y cuál era la ficción o exageración respecto al tema.
Como también ya se hizo mención al inicio de este escrito, es preponderante el hecho de hacer referencia a los países latinoamericanos en la construcción de las redes de comunicación y su impacto en la sociedad. El caso específico América Latina sólo nos trae la fiel imagen de la prensa y medios de difusión en general en constante apego hacia la red gubernamental, nos hace pensar en un sometimiento, e “institucionalización” como Robert Pierce opina como principal característica de prensa en México. Se ha anexado hacia las redes gubernamentales, ha tenido carácter oficialista y por lo tanto, la información sólo tendrá una sola línea, no permitiendo la entrada de diversas fuentes, a excepción claro está, del medio más utilizado en los últimos tiempos, el Internet; cuestión que dicho sea de paso, no está reglamentado por las leyes federales debido a que la Ley Federal de Radio y Televisión ha sido modificada en constantes ocasiones, pero jamás transformada a conciencia.

Ayer (30 de abril de 2009), por ejemplo, el periódico Reforma publicó los resultados de una encuesta aplicada en el Distrito Federal. A la pregunta sobre las cifras que han dado a conocer las autoridades sobre el número de personas contagiadas o fallecidas a causa de la influenza porcina, un 57 por ciento opina que se quedan cortas con la realidad. (Sosa, 2009)




Este es, sin duda, uno de los puntos principales para destacar puesto que a final de cuentas, la información y decisiones gubernamentales se ponen a juicio crítico de la sociedad que en lugar de pensar en un retroceso es al contrario, una sociedad que ahora tiene la capacidad de distinguir cuando sus gobernantes le dicen la verdad y son honestos y cuando definitivamente utilizan a los medios y la información como parte de su estrategia de legitimar y dar a conocer sus acciones, como deben ser entendidas por el pueblo.
Al respecto, se han sugerido diversas formas de entender el problema; una de ellas es a través del Internet, si bien es cierto la mayoría de personas piensan en lo negativo de este medio es interesante destacar que en medio de tanta incertidumbre y a pesar de que haya contribuido a ello, fue un medio eficiente para la comunicación a distancia, fue importante por el acceso a tantas redes sociales (hi5, facebook, Messenger, entre otras) que permitieron de batir y generar conciencia y calma entre las multitudes.
…se demuestra una vez más que Internet, pese a lo que hemos dicho, es también un punto fundamental de encuentro de amigos, familiares y colegas para conversar sobre temas como el que nos ocupa y exponer una opinión sin necesidad de la ahora casi prohibitiva comunicación cara a cara. Las llamadas redes sociales como Facebook y Hi5 son herramientas que lo mismo son utilizadas para informarse que para recibir apoyo, consuelo y hasta ayuda psicológica por el miedo y el pánico generados ante la saturación mediática sobre la enfermedad o bien para manifestar su enojo o preocupación sobre las acciones tomadas por el gobierno ante la epidemia. El citado Alejandro Romero explica ayer que, por ejemplo, en Facebook ya hay más de 500 grupos creados en torno a la Influenza y exclusivos sobre gripe porcina.
En términos laborales, también la red ha sido puesta a prueba para el trabajo a distancia en esta etapa de emergencia. Programas como Skype, Twitter y Messenger han tenido un uso intensivo para no dejar de ser, como dicen las empresas, productivos pese a la circunstancia que atraviesa nuestro país. (Sosa, 2009).

Ahora bien, expuesto lo anterior es preciso comenzar con un ligero punto de vista distinto a lo que los medios oficiales daban a conocer; quizá en un primer momento a México lo perturbó la noticia de la Influenza Porcina, pero poco a poco, las noticias oficiales comenzaron a ser incoherentes, no planeadas con anticipación y eso bastó para que la sociedad comenzara con una ferviente crítica, llena de gran coraje por cierto.
El contexto mexicano no pinta nada bien para este año y lo que lleva de este; el tema de la influenza vino a debilitar cada vez más tanto al aparato gubernamental, como las relaciones sociales y finalmente la economía y el turismo nacional, entre otros tantos casos, como opina Antonio Gershenson:
En México fue haciéndose público que el año pasado hubo un fuerte “subejercicio” en el sector salud, y también en el primer trimestre de 2009, mientras que, en este último periodo, Seguridad Pública, Defensa y Marina ejercieron totalmente su presupuesto. Se ha dicho que el año pasado había un proyecto de desarrollo de vacunas que no se llevó a cabo porque Hacienda no entregó el presupuesto. En mucho, por lo que parece, la semiparálisis de buena parte del país obedeció a la ignorancia, o al silencio, del gobierno federal, durante varios días y al manejo público del problema.(Gershenson, 2009)

La problemática fue más allá de lo quizá previsto por las autoridades federales e inclusive a nivel internacional; México quedó señalado como un país con alto riesgo de contagiar a la ciudadanía extranjera por caso que quizá aún no se encontraban controlados.
Económicamente, las decisiones del presidente Felipe Calderón en definitiva no fueron ni las adecuadas ni las políticamente aceptadas por miles de mexicanos que perdieron el empleo y que no precisamente fue a causa de la influenza sino de políticas tan austeras que ha implementado en neoliberalismo en nuestro país, radicalizando más la pobreza; así, un problema aparentemente de salud pública nacional pasó a convertirse en un problema político y altamente económico.

En enero–marzo, el producto interno bruto del país bajó 8.2 por ciento frente al mismo periodo del año anterior. Y el discurso oficial llegó a decir en mayo que ya tocamos fondo en la crisis y ya vamos de salida. (Gershenson, 2009)

Ocultar mostrando, indicio de varias cuestiones periodísticas, característica de cuando existe algo grave que debe ocultarse al pueblo, engrandecer algún problema que de antemano se sabe causará furor, o lo peor: temor en la gente, lo que le impide ir más allá de lo que le muestra la información a simple vista.
La situación económica del país se encuentra en colapso, diariamente la tasa de desempleo aumenta, la agilidad social se debilita, las redes sociales comienzan a desarticularse, existen pocas movilizaciones; la justificación: no salir de casa para evitar un posible contagio.

Sería muy sencillo decir que el agravamiento de la crisis es por “la influenza”. Acabamos de ver que incidieron en esto varias actitudes oficiales que ampliaron el efecto en la economía nacional de este proceso que se ha dado en torno a la epidemia.
Sin duda alguna, decir que la influenza no es el caso primordial en boga es incorrecto, negar la existencia de este virus lo es más; sin embargo esto no exime al gobierno de su culpabilidad, del gran afán por demostrar que las cosas funcionan cuando el positivismo de Calderón no le sirve de nada a una familia que no tiene la posibilidad de tener acceso a una mejor vida, a un desempleado que le han cerrado las puertas, a un estudiante que aún después de egresar de una licenciatura busca una oportunidad de empleo, a un niño o niña que desea continuar con sus estudios, pero que su pobreza se lo impide ¿De qué manera explica el presidente a estas personas? ¿De qué manera podrá legitimar sus acciones bajo estas circunstancias?


Los medios masivos de comunicación no se libran de culpa alguna; han sido fieles a gobierno, han aportado para formar el gran teatro que oculta los errores de gobiernos pasados; también sus propios errores.
En esta emergencia sanitaria los medios de comunicación han contribuido a generar pánico, al mismo tiempo, han ayudado a difundir las medidas necesarias para detener y prevenir mayores contagios, jugando un papel fundamental para detener la epidemia, lo que nos muestra el importante papel que podrían desempeñar, contribuyendo a la prevención para la salud, la cultura y la educación, en lugar de seguir fomentando la violencia, el consumismo y el individualismo. (MTS, 2009)
Ciertamente, los medios pueden jugar un papel emancipador dentro de los roles sociales, lejos de la cuestión comercial del medio en el que se encuentran. Es preciso aclarar que cometieron aciertos, que brindaron información necesaria y suficiente para el manejo y control de la epidemia de influenza pero que ocultaron cuestiones apremiantes en materia legislativa:
En medio de esta emergencia, las Cámaras de Diputados y Senadores cerraron el periodo ordinario de sesiones y aprobando al vapor, decenas de disposiciones, sin debate y discusión alguna, y sin que la sociedad conozca y se haya difundido ampliamente el contenido de las mismas, por lo que se hace necesario que ambas Cámaras informen el contenido de sus enmiendas y de las nuevas disposiciones aprobadas. (Íbid)

A pesar de todo (y analizando previamente los hechos) podremos mencionar que los medios masivos de comunicación realizaron una labor titánica en cuanto al manejo de la información, lo malo es que jamás realizaron una selección de información para caer en cuenta de lo que la gente necesitaba saber.
Los Medios sólo mostraron esa poca responsabilidad (caracterizada en algunos de ellos) por la información y con su público.
…la radio y la televisión se convirtieron en ecos fieles y acríticos de las fuentes oficiales. La reiteración de las medidas preventivas y de los datos confusos proporcionados particularmente por las autoridades sanitarias del gobierno federal y del gobierno del Distrito Federal, fue la norma. ¿Qué más allá de eso? Muy poco. Salvo algunas excepciones, los medios han reflejado muchas de sus debilidades: ausencia de investigación, editorialización, en ocasiones excesiva, ignorancia y por supuesto desinformación sobre un tema que los tomó, como a muchos, desprevenidos. Los medios han sido funcionales a las políticas de comunicación del gobierno calderonista en esta nueva tragedia nacional. (Sosa, 2009).
Como acotación final se puede escribir mil y un ideas, a pesar de esto es preciso aclarar que ciertamente los medios de comunicación en México cumplieron el objetivo de brindar un servicio a la sociedad, pero un servicio de la información dado de manera eficiente pone entre dicho muchas cosas.
Lo rescatable sin duda alguna es la sociedad, su toma de decisiones y el manejo responsable de sus actitudes y desconciertos. Conforme mayor capacidad de razonamiento exista, entonces tendremos la capacidad de realizar bien nuestro trabajo porque es parte de un compromiso inviolable, lo que se traducirá en nuevas, mejores y renovadas leyes, donde permitan la libertad de expresión y el acceso a la información como ejes principales de conciencia y gestores de una mejor democracia en el país, con el principio de igualdad y honestidad en todos los ámbitos, pero sobre todo con una sociedad unida, no fragmentada.



FUENTES ELECTRÓNICAS

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/24/index.php?section=opinion&article=022a2pol
http://mediosantelainfluenza.wordpress.com/2009/05/01/
http://www.ecoportal.net/content/view/full/85857
http://mediosantelainfluenza.wordpress.com/2009/05/01/influenza-porcina-y-medios/

No hay comentarios: